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eL semanal #38 Feliz cacería hermosuras!

April 30 2014 – Leonel Castellanos

¡Chiquilinas de mi corazón!

 

¡Es un placer saludarlas por aquí por treintayochoava vez! pero por si no me conocen, Me llamo Leonel, pero todas mis amigas y amigos me dicen “Leopi”, así que díganme así. Y aunque ya tengo un apodo, me han bautizado con otro más: el “Hitch” Mexicano. Sí, leíste bien, me dedico a entrenar hombres y mujeres por todo el mundo para encontrar, atraer, seducir, atrapar y quedarse con una pareja. ¿Quiobo?

Así fue que mis amigas de la revista Fernanda y su servidor decidimos unir fuerzas para que ahora con la opinión, experiencia y una bola de extrañas técnicas de un hombre (yo), mis asiduas (espero) lectoras aprendan a pensar como nosotros y aseguren el éxito en sus maniobras amorosas futuras y presentes, y puedan finalmente entendernos.

 

Para los y las que ya me hayan leído antes, los posts del mes de Mayo serán dirigidos a ellas y serán extraídos algunos de la revista Fernanda, como este.

 

Y precisamente así empezaremos la clase de hoy.

 

La semana pasada salí a cenar con mis amigos. Estando allí como digo yo: “chupando tranquilos”, ví en otra mesa a una chica que me hizo pensar en la monogamia por unos segundos (ya, ríanse, es chiste). Lo curioso del asunto es que ella no era ni guapísima ni tenía un cuerpazo. Lo que esta chica hizo es algo que yo enseño en mis libros y cursos, HIZO que yo me fijara en ella.

Cuando la ví por primera vez ella me volteó a ver a mí, y mientras lo hacía tenía una micro sonrisa ultra discreta en su carita (no, el cereal no). En el momento del contacto visual me fijó la mirada 2 segundos y luego la bajó. Pensando como hombre (Sí, sí pensamos)  cuando ella bajó la mirada me pasó por la mente que tal vez yo no le había gustado, pero ¡no!, unos segundos después me volvió a ver a los ojos con la misma microsonrisa y hasta la música del lugar cambió, bueno eso sentí yo. Ese fué el preciso momento en que mi voz interna (que suena como la de Homero Simpson) dijo: “mmm me puedo acercar” (y dejé de pensar en cerveza)

 

Es así de fácil queridas mías. ¿Quieren conocer a un hombre? Salgan de casa a lugares donde encuentres el tipo de elemento que estés buscando. Una vez que estés allí localiza, mira a los ojos y sonríe un poquito, después baja la mirada despacio y REPITE la maniobra otra vez.

 

No, no vamos a pensar que eres una zorra, eso se lo inventó alguna mujer; vamos a pensar “Gracias Dios”. Además, cuando se acerque el muchacho a platicar contigo también podrás demostrar que no eres una chica de útero goloso, moral distraída o ropa quita fácil con un poquito de plática.

¿Y si sale mal? sigues en lo que estabas, ¿y si sale bien? tienes un nuevo individuo al cual audicionar, y tal vez, si se aplica... dejar entrar, pero eso lo veremos en la siguiente Fernanda.

 

¡Feliz cacería hermosuras!

Leopi

CUENTAME AQUI ABAJO ALGUNA VEZ QUE TU (MUJER) HAYAS CAZADO A UN HOMBRE, SI ME GUSTA TU HISTORIA, TE REGALO HYPNOAUDIOS O EL LIBRO. QUIOBOLE!?